Del rubio enjambre de cabellos de oro
suben los brillos en gentil esmero
al nivel más celeste del hondero
que lanza su guijarro entre el decoro
del río. Aclara en agua dulce el coro
de guijarros cantores del primero,
más fiel de los artistas, lisonjero
de todos, armonioso dios que adoro.
Del sol sale la luz como de un poro
celeste que recoge los cuidados
de todos los metales y el veneno.
Si del agua más dulce viene el oro
en quilates de sol transfigurados,
es tu pelo del oro el alhajero.
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