Siento en mí tus verticales lágrimas
que como agujas caen
de punta en lo sensible.
Se clavan
y hacen sangre en lo más hondo.
Me han herido las puntas de tus lágrimas
y me han hecho llorar como tú lloras.
Muchedumbre de lanzas me persiguen
como árboles sembrados hace mucho,
las raíces hincadas en el llanto.
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